Y UN DÍA, MI FAMILIA SE PINTO DE AZUL, 2 de abril “Día Mundial de la Concientización sobre el autismo”

Sociedad

¿De qué hablamos cuando hablamos de autismo? Antes que nada, y para evitar confusiones, al hablar de autismo vamos a encontrar una serie de palabras y términos que se usan cotidianamente, y que generalmente hacen referencia a lo mismo: autismo, Trastorno del Espectro Autista (TEA), Condición del Espectro Autista (CEA), Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD), Trastorno Generalizado del Desarrollo No Especificado (TGD-NE) y Síndrome de Asperger (SA). Muchos se preguntarán por qué existen tantos términos que describen un cuadro similar, y la respuesta es que tiene que ver con las clasificaciones diagnósticas que usan, generalmente los médicos, y que además van cambiando con el transcurso del tiempo. Lo cierto es que en la actualidad, el término más «correcto» que intenta usarse es Trastorno del Espectro Autista, cuya sigla es TEA. Sin embargo, en algunas ocasiones preferimos hablar de Codinción del Espectro Autista, cuya sigla es CEA, porque nos resulta más amplio: incluye a ciertas personas que no se identifican con tener un trastorno. Además, nos parece que la palabra condición es más amable que trastorno, que suele tener una connotación más negativa, o ligada a la idea de que algo que no anda bien. Entonces, cuando hablamos de autismo o de CEA, nos referimos a un cuadro que afecta, principalmente, al desarrollo cerebral temprano, y que trae como consecuencias desafíos en la interacción social (la manera de interactuar socialmente con otras personas), la comunicación (la manera de expresar y comprender el lenguaje, tanto verbal como gestual), el procesamiento de los estímulos sensoriales; y que se caracteriza por presentar un patrón de conductas, intereses y actividades que es restringido y repetitivo. Básicamente, podemos decir que la persona con CEA percibe estímulos del ambiente, procesa la información y actúa de manera atípica. ¿Por qué las personas con Condición del Espectro Autista son tan diferentes entre sí? Los que conocen a más de un niñx, adolescente o adulto con esta condición muchas veces se hacen ésta pregunta. A pesar de que todos comparten dos características básicas, 1) los desafíos socio-comunicacionales y 2) los patrones repetitivos y restringidos de conductas/intereses/actividades; las personas con CEA se diferencian en tres dimensiones principales: el nivel de lenguaje, el nivel cognitivo (equivalente a la inteligencia) y el nivel de apoyo que necesitan. Además, las características van modificándose a medida que pasa el tiempo: no es lo mismo un niñx de 2 años con CEA que un adolescente de 15 años o un hombre de 45 años. Respecto de las diferencias entre las personas diagnosticadas con CEA, cuando consideramos la dimensión del lenguaje, una persona con CEA puede no tener lenguaje verbal (no decir ni una palabra), o puede decir palabras sueltas o hablar con frases; en el otro extremo, puede tener un lenguaje sumamente sofisticado. Con respecto al nivel cognitivo o de inteligencia, una persona puede tener discapacidad intelectual, un nivel cognitivo promedio o incluso una inteligencia superior al promedio. Por último, en relación al nivel de apoyos que una persona necesita, puede requerir apoyo, apoyo sustancial o apoyo muy sustancial. Siempre nos parece importante resaltar que existe la misma diversidad dentro del espectro autista que la diversidad que existe en la humanidad entera. ¿Cuáñ es la importancia de la intervención temprana? La neuroplasticidad es la propiedad del cerebro de adaptarse a los estímulos que va recibiendo mediante cambios en su estructura y función. Y es en los primeros 4-5 años de vida en los cuales la neuroplasticidad es más alta, luego va disminuyendo a medida que envejecemos. La neuroplasticidad es fundamental para el aprendizaje porque si nuestros cerebros no fueran plásticos, no podríamos aprender. En los primeros 4-5 años de vida, la capacidad plástica del cerebro, y por ende, la capacidad para aprender, es máxima. Es por este motivo que se insiste tanto en la importancia de la intervención temprana: si ofrecemos un ambiente óptimo y rico en oportunidades de aprendizaje a un niñx pequeño, tendrá una oportunidad inigualable de practicar y aprender habilidades. En el caso de un niñx con CEA, tendrá la oportunidad, por ejemplo, de aprender habilidades socio-comunicativas y mejorar su pronóstico. ¿Cuándo debemos sospechar que algo no va bien? Si a los 3 meses no responde ante ruidos fuertes. Si entre los 4-5 meses permanece irritable durante gran parte del día, y no busca que se le preste atención. Si a partir de los 6 meses no expresa alegría con gestos y gritos. Si entre los 6-8 meses no se interesa por llegar a cosas que están a su alcance. Si a los 9 meses no realiza intercambio de sonidos, sonrisas o gestos faciales. Si a los 10 meses no responde a su nombre. Si a los 12 meses no empezó a balbucear. Si a los 16 meses no dice ninguna palabra. Si no establece contacto visual (la mirada es un regulador importante de la interacción social) Si hubo perdida del lenguaje, del balbuceo o de alguna habilidad social a cualquier edad. AZUL, a su lado. Familias de Chivilcoy con Condiciones del Espectro Autista. FUENTE: “Se Amable Con El Autismo” de Alexia Rattazzi. ISBN:9789502812045

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