Sospechan de una conexión entre los femicidios de Marisol Oyhanart de Saladillo y otra mujer que sabía demasiado

La abogada Raquel Hermida Leyenda le reveló a TN que Stella Maris Sequeira, desaparecida por su esposo, tenía información sobre el crimen de Marisol Oyhanart, la maestra jardinera asesinada en Saladillo. Ahora podría reactivar la causa que prescribe en 2024.
El deMarisol Oyhanartes uno de los femicidios más emblemáticos que le tocó sufrir en los últimos años a Saladillo, un pueblo con unos 30.000 habitantes ubicado en el centro de la provincia de Buenos Aires. Este mes se cumple el octavo aniversario sin ningún detenido por el crimen,cuya causa prescribe en 2024. En este marco, una pista firme se asoma y promete por fin revelar qué fue lo que ocurrió con lamaestra jardinerael 14 de abril de 2014.
La víctima, que entonces tenía 38 años, salió a caminar como habitualmente lo hacía y se dirigió hacia una pista de atletismo cerca de la ruta. Su esposo, Sergio Rachit, todavía dormía en su casa. Pero ese día ella no volvió. La encontraron asesinada 24 horas después y en medio de la conmoción por el hallazgo se abrió una compleja investigación a la que no le faltó unmisterioso amante y siete policíasacusados de encubrirlo.
Después de ocho años el asesinato de Marisol parecía cada vez más cerca de quedar impune, pero el juicio por otro caso mostró una sorpresivaconexión entre ambos femicidiosy dio un nuevo impulso a la causa casi olvidada de la maestra. Se trata de la desaparición y homicidio deStella Maris Sequeira, delito por el que fue recientemente juzgado y condenado quien fue su esposo, el abogadoRubén Carrazone.
En diálogo conTNRaquel Hermida Leyenda, la abogada especialista en casos de violencia de género que logró la prisión perpetua por el femicidio de Sequeira, afirmó: “Stella estaba muerta de miedo porquesabía quién había matadoa Marisol Oyhanart”.
Un femicida condenado y la pista inesperada
A fines de febrero pasado el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 de La Plata condenó al abogado penalista Rubén Carrazzonea la pena máximapor el femicidio de su pareja, Stella Maris Sequeira, cuyocuerpo nunca se encontró.
El veredicto del tribunal, integrado por los jueces Alejandro Esmoris, Nelson Jarazo y Fernando Canero, estuvo en línea con lo que había pedido la querella, a cargo de la abogada Raquel Hermida Leyenda, y la fiscalía.
Ambas partes habían acusado a Carrazzone, de 66 años, por el delito de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por haberse cometido mediando violencia de género en concurso real con el delito de falsa denuncia”.
“Cuando Stella hablaba delos chanchullos de Carrazonese refería a los que cometió en el juicio de Marisol Oyhanart”, aclaró a este medio Hermida Leyenda, y destacó: “Ella sabía quién la había matado y además había escuchado de qué manera la habían matado”. “Hizo una descripciónpaso por paso el femicidiode Marisol Oyhanart”, reafirmó.
“Yo lo dije en mi alegato y Carrazone no hace mención alguna sobre esto”, relató la letrada, que aseguró tener por lo menos tres declaraciones testimoniales que ubican al abogado condenado como común denominador entre los dos crímenes. “Carrazone me insulta y me amenaza, peronunca objeta lo dichosobre el caso de Marisol”, apuntó.
En esa línea, indicó Hermida Leyenda, el relato de los testigos dejó en evidencia que durante los primeros días de diciembre de 2016, antes de su desaparición y posterior asesinato, Stella teníamiedo porque había escuchadouna conversación de su marido vinculada con el femicidio de la maestra de Saladillo.
“Me parecepertinente vincular ambos casos”, subrayó la abogada, cuando faltan días para que se cumpla el octavo aniversario del femicidio impune de Marisol Oyhanart. “A ella también trataron deinventarle amantescomo en el caso Dalmasso, para obstruir la Justicia”, concluyó.
Por último, Hermida Leyenda dijo aTNque el próximo 27 de abril se leerán los fundamentos de la sentencia a Carrazone y después de eso ella personalmente, junto con familiares de Marisol Oyhanart, se presentará en la Fiscalía de La Plata con toda la documentación. “Es muy probable que tome la causa”, anticipó.
Pruebas que desaparecen, un cuerpo plantado y el perejil de siempre
El 14 de abril de un lunes otoñal de 2014 fue la última vez que vieron a Marisol viva. Salió de su casa a la hora de la siesta para ir a hacer ejercicio y en el camino se cruzó con otras dos mujeres que hacían lo mismo y la saludaron. Horas después su esposo, Rachit, atendió el teléfono y su hija, a la que Marisol solía ir a buscar a la escuela cuando terminaba con su circuito,le avisó que su mamá no había llegado.
A las 19 radicaron la denuncia por su desaparición, pero recién al día siguiente, tras rastrillar toda la noche la zona, encontraron su cuerpo boca arriba entre unos pastizales.
La habían ahorcado. Estaba a unos 20 metros del camino y vestida con la misma ropa con la que había salido de su casa, pero muerta.
La investigación trató de avanzar a partir de entonces en un campo minado de irregularidades. Entre ellas, por ejemplo, la misteriosadesaparición de la calza y las zapatillasque tenía puestas la víctima cuando la encontraron, pero que nunca llegaron al edificio de la Asesoría Pericial. En esas calzas que se perdieron había quemaduras que habrían sido producidas por el encendedor de un auto,con el que la habrían torturado.
Otro de los puntos llamativos de la causa que se conoció con el correr de las horas fue que el lugar en donde encontraron el cuerpo de Marisolno fue la escena primariadel crimen, sino que el mismo fue plantado en una zona que ya se había rastrilladopor lo menos dos vecesen el tiempo que duró la búsqueda.
Y apareció también el “perejil” del caso. Un joven de 25 años con antecedentes por robo y denuncias por violencia de género al que los testigos ubicaron cerca de donde apareció el cuerpo. Se trataba deJonathan Bianchi, cuya detención llegó a pedir la primera fiscal del caso, Patricia Hortel, yle valió a ella su apartamientode la instrucción. Es que Bianchi, pese a que su pasado no lo ayudaba, no tenía nada que ver con el femicidio de Marisol.
Un supuesto amante y siete policías sospechosos
Marcelo Romero fue el fiscal que tomó la posta tras el alejamiento de Hortel. Para ese momento todo parecía indicar queal menos siete policíashabían plantaronpistas falsas para desviar la investigaciónhacia Bianchi, representado en ese momento por el abogado Rubén Carrazone (actualmente preso y condenado por el femicidio de Sequeira), y encubrir al verdadero asesino.
Esta misteriosa persona surgió meses después a raíz del testimonio de un efectivo de la comisaría de Saladillo que declaró como testigo en la causa y denunció el presunto pacto policial paraencubrir a un supuesto amante de Marisoly poderoso empresario agropecuario de la zona, que habría pagadouna suma millonaria para eliminarlas pruebas del crimen. Este hombre nunca salió del anonimato y nunca, tampoco, estuvo imputado.
Los intentos por desviar el foco de los investigadores alcanzaron también al viudo de Marisol, Rachit, quien estuvo detenido varias horas en la comisaría del pueblo por supuestascontradicciones en su declaraciónpero, sin motivos para mantenerlo preso, volvió a su casa el 16 de abril.TNquiso hablar con él ahora, pero prefirió no hacer ninguna declaración sobre el caso.
Si algún obstáculo le faltaba a la verdad, se descubrió también que habían desaparecido las imágenes de una cámara de seguridad ubicada en la esquina de en Saavedra e Irigoyen, que presuntamente registró el paso de Marisol y de un auto en el que la habría seguido el asesino.
Así, se perdieron pistas, se perdió tiempo y la llegada de la pandemia no colaborócon el estancamientoen el que inevitablemente se fue sumergiendo la causa. El misterio de lo que pasó con Marisol Oyhanart cumple ocho años, pero Saladillo no la olvida y no deja de pedir justicia por la maestra jardinera que salió a caminar un día y nunca más volvió.