«Odio» por Luis María Mariano

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Opinión: Luis María Mariano.

Odio


El odio es un sentimiento hostil, generador de rechazo para con el odiado. Como sentimiento humano, ser objeto de odio, coloca necesariamente al destinatario, en el lugar de víctima.


Claro que para los que tenemos algunos años en política, advertimos que es la misma y vieja respuesta histórica de siempre que utilizaron los peronistas en función de descalificar a los que no piensan igual que ellos. Simplemente cambiaron de descalificativo, antes articulaban el “son gorilas” y hoy utilizan, “nos tienen odio”.


Hacen un uso metodológico de esas expresiones, para ocultar su intolerancia a las críticas republicanas en ejercicio de la libertad de expresión. Con esta táctica, pretenden manejar y regular los sentimientos ajenos para obligarlos de algún modo, a compatibilizar con sus posturas. Concepción fascista si la hay.


Expresarse en democracia, no necesariamente lleva consigo el sentimiento de odio. Pero el concepto, odio es traído recurrentemente por los peronistas, porque existe una conveniencia política táctica, que es la de eludir las explicaciones debidas a una sociedad democrática.


Las posturas políticas se aceptan o se rechazan, pero nunca se aman u odian. Tampoco es cierto, que el odio siembre divisiones entre los argentinos y que afecte la convivencia democrática dado que en una democracia, se debe dar respuesta en todo momento de los actos de gobierno.


Si se empobrece el país y simultáneamente se enriquecen los dirigentes, sus secretarios y sindicalistas peronistas, se deben dar explicaciones. Si se cierran industrias y comercios perdiendo sus trabajos la gente, se deben dar explicaciones. Si liberan de la cárcel a sus amigos que cursan condenas, se deben dar explicaciones. Si se estafó a los jubilados impidiendo por decreto el aumento de sus haberes, se deben dar explicaciones. Si encarecen con impuestos desorbitantes la producción del campo y de las empresas, pero quieren vivir de ellos, se deben dar explicaciones. Si dicen que gobiernan para los pobres y nunca los sacaron de su situación, convirtiéndolos en más pobres, se deben dar explicaciones. Si dicen respetar la justicia pero obstruyen su funcionamiento, extorsionan jueces, alteran la escena del hecho o mueren dudosamente testigos, se deben dar explicaciones. Si los periodistas los ponen en aprietos por denunciar genuflexiones, comportamientos mafiosos o ilegales, se deben dar explicaciones.


En democracia nadie es dueño del Estado. Los votantes eligen a sus gobernantes y éstos deben en todo momento, legitimar el ejercicio de su cargo, respetando la Constitución y las leyes, dejando a su vez, que la gente, se exprese en paz.


Manifestar que va a “terminar con los odiadores seriales” como lo dijo el presidente, implica la intensión de concretar una idea típicamente totalitaria y vulneratoria del la libertad de expresión con su eximición de reservar la fuente, si se trata de periodistas, y que no está pensada -como se cree-, para defensa de los mismos, sino para que la sociedad se defienda por medio de la prensa democrática, de los gobiernos antirrepublicanos y gobernantes totalitarios.

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