Mauricio D’Alessandro sobre Time Warp: «En esos cinco celulares de los pibes muertos hay una historia»

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Entrevistado por Gabriel Levinas para Infobae el abogado y legislador bonaerense advirtió que los mensajes de whatsapp de las víctimas servirán de prueba para atrapar «un pez gordo» del narcotráfico. En entrevista con InfobaeTV, criticó el rol de las fuerzas de seguridad en el operativo de Costa Salguero

 

 

—Desde el punto de vista legal ¿quiénes son los responsables de lo que pasó?

—Lo que mató a estos pibes es la droga. Hay como una sensación de buscar o escarbar si había agua, por supuesto tenía que haber agua, pero en definitiva lo que pareciera olvidarse es que había alguien que viene produciendo y vendiendo droga en Argentina que además estaba en mal estado, en mala composición, y eso mata. Y lo más importante de esto es saber quién proveyó esa droga. Quién fue el que le dio la droga a ese pibe que ahora está muerto y que en su celular existe cadena de compra. En esos cinco celulares de los pibes muertos hay una historia. Habitualmente esto ocurre siempre pero cuando secuestrás [el celular] de algún pibe que compró y vendió y lo atrapaste en buen estado de salud se tiende a proteger y a ocultar la información. En este caso el chico ya está muerto entonces no hay temores. Este es un golpe del narcotráfico en la sociedad argentina. Es la posibilidad de buscar un pez gordo. Estas drogas que se traían de afuera, hoy se hacen en Villa Soldati, en la 11.14, con esto no quiero decir que los que hacen la droga sean solamente los marginales. Los vivos, los ricos, los narcos, eligen la villa como forma de enmascararse. La villa también es víctima de esta cocina que los narcos llevan ahí adentro.

«DE LOS DIEZ MIL ASISTENTES A ESTA FIESTA, NUEVE MIL TOMABAN PASTILLAS»

—¿El lugar era seguro?

—Salida de emergencia había. Cantidad de personas; estaba habilitado para 13 mil y dicen que no había más de 10 mil. Baños había.

—¿Cómo se explica que la gente tuviera que esperar 30 minutos para salir, incluso antes de las muertes?

—Estas fiestas funcionan sobre la base del hacinamiento y el calor, una música que golpea y acompaña el movimiento del cuerpo. Para mí son una porquería. No debieran estar permitidas pero la realidad es que ése es el tipo de música que acompaña a la gente que va a drogarse. Y esto es una realidad que ha aflorado ahora. Vos vas a un programa de televisión y la mayoría de los invitados dice: «no había agua pero yo tomaba pastillas. Soy consumidor social, tomo de vez en cuando». Descubrimos que de los diez mil asistentes a esta fiesta, nueve mil tomaban pastillas.

«MIENTRAS BUSCAMOS SI HABÍA AGUA EN LA CANILLA, HAY UN NARCO QUE SE MATA DE RISA»

—En una fiesta de estas características ¿el gobierno debería haber tomado otras precauciones?

—Bajar la cantidad de gente. Bajar la cantidad de alcohol. La temperatura. Pero con eso conspirás contra la cultura de esta música que es intrínsecamente perderse. Porque se abastece de cosas que son nocivas. El otro día escuché un testimonio de un pibe que decía «nos moríamos de calor, cada 15 minutos teníamos que salir porque estábamos transpirados. Para ir al baño había que esperar 40 minutos. Había agua pero había que esperar minutos y minutos hasta llegar a la canilla. Y yo no aguantaba más con la música y la tensión». Estos chicos estuvieron horas ahí adentro. Claramente hay una cultura, la droga está presente en todos los sectores de la sociedad argentina. Hay que encontrar al que distribuyó esta basura porque es una de las formas de parar. Mientras nosotros buscamos si había agua en la canilla, hay un narco que se mata de risa y tiene miles de píldoras para vender que matan a los pibes.

—Más allá de lo que se pueda hacer desde el punto de vista legal, hay que tomar medidas para proteger a los chicos.

—¿Vos decís que los padres son lo mejor para poder parar la droga? ¿La educación en la casa es lo mejor? Estos diez mil que van a la fiesta, los padres saben que van. Me acuerdo cuando mi hijo más chico me dijo que iba a ir a una fiesta electrónica. Fue una batalla campal. No lo dejé ir. Es imposible que vayan a esas fiestas y no consuman: estás 12 horas bailando, con esa música toda la noche, es imposible no tomar. Es todo una maquinaria destinada al negocio.

«HAY UNA CONSPIRACIÓN PARA PROTEGER AL NARCOTRÁFICO»

—¿El Estado no tiene una actitud de anomia frente a estos temas?

—Es cierto que el Estado es lento y paquidérmico. En este caso, el peor error es que el Estado permite que se venda droga ahí dentro. A las 3 de la mañana se hizo el último cacheo y se secuestró una bolsa llena de pastillas y objetos no permitidos. Ahora, ¿Prefectura no sabe que adentro se vende? Es probable que también de disimule mucho la venta adentro. Hay tipos que hasta por Mercado Libre empiezan a vender droga. Hay que ir a buscar a esos tipos independientemente de que hay que hacer prevención.

—¿La legislación existente sirve como instrumento para frenar este problema?

—La batalla contra las drogas se pierde. La pierde EEUU, el tema es que EEUU no la fabrica dentro, todo el mundo le quiere vender al gran país del norte. Y ellos tratan de pararlo como pueden. Eso acá no está tan claro. Si vos hacés fiestas de este tipo y, a sabiendas, no ponés a nadie en la puerta es porque estás consintiendo que se consuma adentro. Entonces sí, hay una ausencia del Estado. Hay una conspiración para proteger al narcotráfico.

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