Lo arrestaron mientras intentaba deshacerse del cadáver en el Río Luján. Confirmaron que lo asesinó en su oficina.

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Cada vez son más las pruebas en contra de Ricardo Ignacio Baladía, el escribano de Morón detenido mientras intentaba descartar el cuerpo de su jardinero en el río Luján. En su auto BMW, estacionado a pocos metros del lugar del arresto, las autoridades encontraron una importante suma de dólares y armas blancas. Además, en las últimas horas pudieron confirmar que el asesinato se cometió en su oficina, ubicada en Almirante Brown 1085.

Por su parte, los rastrillajes que este jueves se realizaban en la escena terminaron pasadas las 17. Durante el operativo, los investigadores se llevaron dos bolsas con gran cantidad de restos humanos. Sin embargo, no encontraron el arma de fuego con la que se habría cometido el crimen.

Según fuentes policiales, Baladía trató de deshacerse de Miguel Alejandro Pereyra, de 42 años, que sería el jardinero de la familia. En tanto, informaron que en el vehículo del sospechoso encontraron el DNI de la víctima, U$S 20.700, un cuchillo, un hacha y manchas de sangre.

Al ser arrestado, el escribano de 56 años confesó a los agentes que fue él quien mató a Pereyra: aseguró que lo sorprendió robándole en su escribanía y que le disparó varias veces para luego descuartizarlo.

Ante esta situación, la Justicia dispuso allanamientos de urgencia en la casa y la oficina de Baladía. Durante la tarde del jueves, los investigadores confirmaron este último lugar como la escena del crimen.

Las pericias determinaron que el asesinato se cometió entre las 18 y las 21 del miércoles, y varios aportaron datos relevantes para la investigación. Entre ellos, dijeron que vieron llegar una camioneta BMW y un auto Peugeot. Además, confirmaron la presencia de dos hombres: uno de ellos sería el padre del detenido.

De acuerdo con los testimonios, más tarde el escribano se retiró de la oficina a bordo de su auto. Entonces, las cámaras de seguridad registraron su salida de Morón por la autopista hacia la zona de Luján.

Por otra parte, se determinó que el asesino comenzó a descuartizar el cuerpo de la víctima en su oficina, con una sierra, un cuchillo de gran porte y un hacha. Allí se secuestraron vainas servidas y un arma blanca. Luego, continuó la tarea a la vera del Río Luján, donde fue descubierto por un vecino que alertó al 911.

Con respecto a Pereyra, oriundo de Castellar, se supo que tenía antecedentes penales. En 2001, estuvo involucrado en una causa por el homicidio de Jorge Vega; en 2005, se lo investigó por hurto y en 2019, por violación de domicilio para un robo.

Hasta el momento, tanto el móvil del crimen como la relación entre el jardinero y el escribano son motivo de investigación. La causa está a cargo de la fiscal Mariana Virginia Suárez, interinamente a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción 10 descentralizada de Luján.

Este jueves, peritos de la Policía Científica y buzos de los Bomberos de Luján rastrillaron la zona del río. Los agentes encontraron una gran cantidad de restos humanos. Sin embargoel arma de fuego con la que se habría cometido el crimen sigue sin aparecer.

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