Inflación: si las proyecciones de privados se cumplen, este año terminará con el número más alto desde 1991

La más alta de los últimos 31 años.
Este martes el Indec difundióla inflación de febrero, que se ubicó en 4,7%. En tan solo dos meses acumuló 8,8%.
Lainflaciónen la Argentinaes habitual hace años. Lo que no es habitual es el nivel que tendrá en 2022. Si las proyecciones de privados se cumplen,este año terminará con el número más alto desde 1991, es decir, en 31 años.
Según las últimas proyecciones de las consultoras,la inflación en 2022 podría llegar al 55%, la más alta desde el 84% de 1991, apenas terminaba la hiperinflación.
¿Cómo se llegó a este punto? Fue una combinación complicada deinflaciónpasada, emisión y precios “pisados”al que se sumó la guerra entre Rusia y Ucrania, que hizo un desastre en losprecios internacionalesde loscommoditiescomo el petróleo y el trigo.
Alimentos y nafta: el impacto de la guerra en los precios
En las últimas semanasla suba del trigo y el maíz comenzó a traslucir en las góndolas argentinas. Primero fueron lospanaderos: advirtieron que el kilo de pan se iría al menos a $300, muy lejos de los acuerdos firmados con el Gobierno para mantenerlo a un valor menor.
Siguieron losdueños de fábricas de pastasy luego losalmaceneros. Los aumentos son semanales y de dos dígitos, según la categoría. Lo que se cocina es complicado y los datos lo confirman.En febrero, la canasta alimentaria en la Ciudad subió un 10%.
La dinámica de los alimentos es “alarmante”,explica Matías De Luca, analista de la consultoraLCG,y agrega que el rubro viene aumentando arriba del 4% por mes desde hace unas ocho semanas.
Sobreese combo complicadose montó unanueva suba de naftas,que esta semana aumentaron un9,5% en el caso del litro de súper.Cuando sube la nafta, sube casi todo: es parte del combo de costos para transportar cualquier bien de un punto a otro.
Tarifas y otros precios regulados, en el ojo de la tormenta
A ese escenario general se sumandos gastos importantes del hogar que tendrán subas en 2022.
Por un lado, lastarifas. Y, por el otro, lavivienda: los alquileres todavía no tienen solución y siguen con alzas por encima de la inflación, pero además las expensas tendrán una suba promedio del 40%.
“La suba de tarifas, de la que todavía no conocemos demasiado, parece insuficiente para cumplir con la meta acordada con el Fondo de reducir el déficit”,señala María Castiglioni, socia deC&T Asesores Económicos.
“A eso se suma un contexto internacional que pesa en el precio de los alimentos y una dinámica de inflación reprimida que se está ‘cobrando’ lo que no se cobró el año pasado”, suma.
El único factor que podría ayudar en la contención de precios en este combo complicado, dice Castiglioni, es elacuerdo con el FMIy el compromiso de reducir el déficit y la emisión hacia futuro.