El Secretario de Cultura y educación Vila, recordó a los trabajadores compartiendo dos textos

Sociedad

vila

 

Con motivo del acto por el Día del Trabajador, el Secretario de Cultura y Educación, Adrián Vila, compartió con los presentes lo siguiente:

 

ÚLTIMO DISCURSO ANTE LA CORTE

 

He estado hablando mucho de mí mismo

y ni siquiera había mencionado a Sacco.

Sacco también es un trabajador,

un competente trabajador desde su niñez, amante del trabajo,

con un buen empleo y un sueldo,

una cuenta en el Banco, y una esposa encantadora y buena,

dos niñitos preciosos y una casita bien arreglada

en el lindero de un bosque, junto a un arroyo.

 

Sacco es todo corazón, todo fe, todo carácter, todo un hombre;

un hombre, amante de la Naturaleza y de la Humanidad;

un hombre que lo dio todo, sacrificó todo

por la causa de la libertad y su amor a los hombres:

dinero, tranquilidad, ambición mundana,

su esposa, sus hijos, su persona

y su vida.

 

Sacco jamás ha pensado en robar, jamás en matar a nadie.

Él y yo jamás nos hemos llevado un bocado

de pan a la boca, desde que somos niños hasta ahora,

que no lo hayamos ganado con el sudor de la frente.

Jamás…

Ah, sí, yo puedo ser más listo, como alguien ha dicho;

yo tengo más labia que él, pero muchas, muchas veces,

oyendo su voz sincera en la que resuena una fe sublime,

considerando su sacrificio supremo, recordando su heroísmo,

yo me he sentido pequeño en presencia de su grandeza

y me he visto obligado a repeler

las lágrimas de mis ojos,

y apretarme el corazón

que se me atorozaba, para no llorar delante de él:

este hombre al que han llamado ladrón y asesino y condenado a muerte.

 

Pero el nombre de Sacco vivirá en los corazones del pueblo

y en su gratitud cuando los huesos de Katzmann

y los de todos vosotros hayan sido dispersados por el tiempo;

cuando vuestro nombre, el suyo, vuestras leyes, instituciones,

y vuestro falso dios no sean sino un borroso recuerdo

de un pasado maldito en el que el hombre era lobo para el hombre…

 

Si no hubiera sido por esto

yo hubiera podido vivir mi vida

charlando en las esquinas y burlándome de la gente.

Hubiera muerto olvidado, desconocido, fracasado.

Esta ha sido nuestra carrera y nuestro triunfo. Jamás

en toda nuestra vida hubiéramos podido hacer tanto

por la tolerancia, por la justicia, porque el hombre entienda

al hombre, como ahora lo estamos haciendo por accidente.

Nuestras palabras, nuestras vidas, nuestros dolores – ¡nada!

La pérdida de nuestras vidas -la vida de un zapatero

y un pobre vendedor de pescado- ¡todo!

Ese momento final es de nosotros,

esa agonía es nuestro triunfo.

P1440875

 

Rodolfo Walsh decía en ¿Quién mató a Rosendo? que:

 

«… esta gente no tiene historia, tiene prontuario; no los conocen los escritores ni los poetas; la justicia y el honor que se les debe no cabe en estas líneas; algún día sin embargo resplandecerá la hermosura de sus hechos, y la de tantos otros, ignorados, perseguidos y rebeldes hasta el fin.»

P1440905

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