«Día del panadero», poesía de Horacio Vero

EL HOMBRE QUE HACE EL PAN

Cuando sueña su hijo
con príncipes y hadas.
Cuando todas las calles
están deshabitadas,
y en los árboles dormidos
los gorriones descansan,
el hombre que hace el pan,
se levanta.
A la luz de la luna
o en la noche cerrada,
con tormentas o lluvias
que le mojan el alma,
el hombre que hace el pan
comienza la jornada.
La leña ya inaugura
su hoguera cotidiana.
Un aroma de paz
golpea las ventanas
y el hombre que hace el pan,
mientras trabaja, canta.
El hombre que hace el pan
tiene las manos blancas.
Amasa harina y vida
mañana tras mañana,
en tanto el horno apura
los colores del alba.
Seguro, no es soberbio
el hombre que hace el pan.
No puedo concebirlo
faltando a la verdad.
Es clara su mirada
como es su delantal.
Tiene algo de Jesús,
el hombre que hace el pan.
Lo imagino diciendo
por acá y por allá:
¡Este es el pan, mi pan!
¡Vengan ya a probar!
¡Qué hermoso es el oficio
del hombre que hace el pan!
El amasa la Vida
y ni cuenta se da,
cuando sueña su hijo
y duerme la ciudad,
y golpea las ventanas
un aroma de paz.
Horacio Alberto Vero